Hablemos... del primer acondicionador de piel de Nivea

Bajo este largo nombre, presentó hace unos meses esta vetusta firma un producto novedoso para usar en la ducha.
Una crema hidratante que es aplicada como un aceite corporal  para después ser aclarado.

Reconozco que me resultó curioso la primera vez que vi el anuncio y como cuando estoy en el súper los ojos siempre se me van a los cartelitos que en letras mayúsculas pone: "NOVEDAD", pues allá que me dirigí al estante repleto de botes azules y terminar de llenar mi carro con uno de ellos.

Ya casi está acabado, por eso os hago ahora la reseña, cortita y amena.
Existe en otra versión cuyo bote es blanco con letras azules, que es para pieles normales, pero yo sólo ví éste que es indicado para pieles secas.

Son 400 ml de producto por unos cinco euros (dependiendo de dónde lo compréis). No está mal la relación calidad-precio a mi modo de ver.

Su olor es la crema Nivea de toda la vida y su textura es cremosa pero no espesa.

Indiscutiblemente, se hace muy cómoda usarla, ya que se aplica como un aceite sobre la piel limpia, se aclara y listo, pero en mi caso, a pesar de ser para pieles secas, no me hidrata lo que desearía.
Es cierto que la piel se queda suave, pero comparándola con otras mantecas o lociones corporales noto la diferencia.

Tampoco me terminan de convencer algunos ingredientes porque a pesar de contener aceite de almendras, contiene parafina líquida como tercero en la lista y teniendo un poco de queratosis pilaris en los brazos, me tapona aún más los poros.
También tengo que destacar a su favor que no lleva siliconas ni colorantes.

Por tanto, no creo que sea un mal producto ni mucho menos, pero no lo volveré a  comprar por las razones que os he dado.